o céu partido ao meio, no meio da tarde.

sexta-feira, 29 de julho de 2016

Conjuro

Afuera el aire casi no soplaba
y la noche abrigada con guantes
le acariciaba el tope de la cabeza
como si un vestido púrpura y de terciopelo
reposara lento sobre su sien.

Temblaba un poco, pero por costumbre.
El beso congelante del viento no le ganaba
al frío de sus cachetes
duros y muertos.

Y la muerte se le había cruzado hoy en pensamiento.
Lo gracioso es que pensara en la no-existencia
mientras el agua caliente de la ducha
le abrazaba la espalda.
Una idea helada en un ambiente donde el calor predomina
hace con que los reflejos transpiren
y que toda imagen quede atrapada
detrás del aliento miedoso del vidrio.

Su último tabaco le saltaba por la boca,
huía de sus pulmones con mucha prisa,
y se quedaba pairando a la altura de su mirada
intentando acercarle el cielo.

El cuarto acogedor lo invitaba a los gritos
pero él ya había elegido la palabra.
Sin saber el motivo, se quedó mirando por la ventana.
No entendía lo que le generaba conocer el conjuro de la noche
que tapaba a sus ojos
y le cantaba, oscura y acogedora,
una canción
para
dormir.

F;

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